En 1990, H. Bensahel y cols publican los resultados del tratamiento fisioterápico del pie zambo. Éste tratamiento consiste en realizar manipulaciones diarias por fisioterapeutas altamente cualificados. La corrección obtenida se mantiene con un vendaje y/o una férula articulada. Tras unos seis meses de tratamiento, comienzan a verse los resultados. Según los propios autores, los resultados son buenos en el 48%.
Debido al bajo coste, la facilidad de asimilar la técnica y el excelente porcentaje de éxitos con el método Ponseti, se están llevando a cabo varios programas de pie zambo en países en vías de desarrollo.
Debido a esto, se vuelve, de nuevo, al tratamiento quirúrgico. Cada autor tenía su técnica, llegándose a describir lo que se denominó la cirugía “a la carta”: elongando, seccionando y transponiendo tendones y ligamentos según los requerimientos de cada pie. Los resultados a corto plazo de la cirugía eran buenos, pero a largo plazo se ha podido observar que éstos pies se vuelven rígidos, dolorosos y artrósicos y que los pacientes tenían peor calidad de vida. Tras numerosas revisiones a largo plazo, se observó que la tasa de fracaso de la cirugía estaba en torno al 25% (rango 13%-50%).